Si supiera pintar ilusiones
las haría de mil colores;
un verde para esperanza,
un azul para las sonrisas,
de blanco teñiría la paz,
y de amarillo la alegría.
Expresaría con rojo al amor
y tierno rosado a las chicas,
el recreo de muchos tonos;
con sabor a fresa en almíbar,
y la amistad, ¡si! la amistad;
con trazos cadente pintaría
de color agua marina.
A mi maestra de sutil oliva;
porque me enseña y me aviva,
al colegio con visos naranjas
como el alba de las mañanas,
y a mis padres de intenso oro
ya que son ambos mis tesoros.
Y el negro, el profundo negro,
tal cual como la noche
oscura y mágica dejaría,
para guardar mis recuerdos,
fabulosos recuerdos de niño;
que me acompañan día tras día.